Fútbol: Con el diario del lunes.

Hinchas, simpatizantes, dirigentes y sobre todo periodístas cada vez más simplifican el análisis de un partido al resultado del mismo. Si se gana "el equipo funciona, está trabajado" la gloria misma... si se pierde "no hay equipo, no hay respuesta, es un fracaso". Todo depende sólo del resultado. No se analiza el juego.

Las opiniones cambian simplemente por "si la pelota pega en el palo y entra o no" En los hinchas y simpatizantes es comprensible porque allí la pasión no deja lugar a la razón. Pero es más peligroso en dirigentes y periodístas. Claro que hay excepciones, pero cada vez más el análisis del juego se simplifica. Se gana: sos Gardel. Se pierde: devoto. 

Esta práctica nos saca el foco de un analisis serio y es peligroso porque nos puede confundir en la perspectiva final. Pero claro es más fácil analizar un resultado. El triunfo consagra. La derrota crusifica. Y el mensaje que le llega al hincha es ese. Dos o tres victorias y el equipo está para campeón. Se pierden tres partidos seguidos y entonces hay que sacar la calculadora. Garpan los gritos, el show mediatico sobre el análisis del juego

Los técnicos conviven con esta locura y así es difícil planificar un trabajo serio. Lo asumen como tal y terminan siendo funcionales al sistema. "Son las reglas de juego" dicen y se suman a la grieta del resultado. 

Hay varios ejemplos para ilustrar este comentario y sumarlos al debate de esta pasión llamada fútbol. Arrancamos por la Selección Argentina.. Despues de la victoria contra Italia por 2 a 0 el equipo estaba para pelear la Copa del Mundo en Rusia. Nadie se acordaba de la ausencia de Messi en el partido. Cuatro días más tarde, el equipo repitío el rendimiento pero se encontró con una España tremenda llena de fútbol y goles. El 6 a 1 en contra no dejó lugar para el análisis. La idea que tiene el entrenador, las variantes que busca a 70 días del mundial, quedarán para otro momento. Se comentá sólo el resultado y la goleada es lacerante para Sampaoli y companía. 

En el torneo doméstico lo de Boca es claro y contundente. Será el campeón y nadie se lo discute. Pero da la impresión que ocurrirá por el poderío de sus individualidades y no por el juego desplegado. En ese aspecto Independiente y Racing son los equipos que han desplegado una idea de juego que se nota en la cancha. Pero claro los resultadistas nos tirarán con la tabla de posiciones por la cabeza. Solamente se reconoce al campeón el resto no importa.

En el párrafo final dejamos a los conjuntos de Rosario. Central y NOB no han desplegado un funcionamiento aceitado en los últimos tiempos más allá de los resultados. El rojinegro con su vida institucional convulsionada no muestra una linea de juego. Con un plantel disminuido Omar De Felippe no demostró por el momento mucha diferencia con su antecesor J.M. Llop. Casi los mismos jugadores, con la misma idea de jugar con un solo punta. Pelotazo para el portugués Luis Leal y el resto con más ganas que fútbol. Pero como de tres partidos ganó dos, no muchos reparan en el sistema de juego. Si siguen las victorias nadie le cuestionará que utiliza el mismo planteo que el vapuleado Chocho

En Central los números indultan a Leo Fernandez. El equipo salvo contra Olimpo nunca desplegó un juego que entusiasme a la vista. La mayoría de las victorias canallas fueron a través del recurso de la pelota parada. Escaso como contundente. Pero en el juego el conjunto auriazul nunca encontró el rumbo. Tiene el paliativo de la gran cantidad de lesionados para no poder presentar dos veces un mismo equipo. Por el momento el 61,5 % de los puntos obtenidos en la era Fernanzez lo alejan a Leo de la incomodidad de la crítica despiadada. Pero esa regla es proporcional a los puntos conseguidos. a menor porcentaje alcanzado mayor será la tensión sobre el entrenador.

Es el fútbol de hoy donde lo que importa sólo es ganar. Para analizar y comentar un partido alcanza y sobra con el diario del Lunes

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