Fuga de futbolístas: Central y Newell's pierden por goleada

La difícil tarea de los dirigentes de Rosario en retener a sus figuras consagradas y a juveniles con mucha proyección

Por Ariel Marini

Central y Newell's ya no son lo que eran como vidriera del fútbol argentino. Rosario por el desmanejo dirigencial de los últimos tiempos dejó de ser la cantera del fúbtol argentino.

A leprosos y canallas les cuesta horrores mantener las figuras en sus planteles y varios juveniles destacados de inferiores emigran con un puñado de partidos en primera o hasta en algunos casos sin debutar.

El caso de Rosario Central fue el más significativo en esta última semana por el tema Sampedri y el chico Avila. El Toro no pudo ser transferido a Independiente y desató una verdadera batalla mediática con los dirigentes auriazules.

Los directivos canallas pecaron de ingenuos o durmieron el sueño de los justos. El delantero tenía ofertas del rojo desde hace varias semanas, oficializadas por su representante, lo que daba una pauta que Sampedri se quería ir de Central.

Enfrente estaba Independiente dirigido por el clan Moyano, hábidos expertos en el mundo de las negociaciones y maestros en la utilización de los conflictos. Y con la billetera llena ni hablar. Cualquiera siguiendo el curso de la novela por los medios, se daba cuenta que los dirigentes del rojo presentarían una oferta superadora a horas del cierre del libro de pases para poner a Central y Sampredri contra la pared.

La oferta llegó y dejó un campo minado en la relación de Central con el jugador. La dirigencia debió prever que esta posibilidad se concretara, avanzando por un posible reemplazo del delantero. Ahora se quedó con un futbolísta contrariado, que manifestó que le deben plata y que le pagan poco dinero con respecto a lo que iba a ganar en el rojo. A rezar que Sampedri no tenga una merma en su nivel para su propio beneficio y el de Central.

Y a estos dirigentes los condena el pasado. Ya son varios los futbolístas que se marchan de la entidad pegando un portazo, peleado con los directivos o fugándose por la puerta de atrás. Todo no puede ser casualidad

Otro caso fue el del pibe Gastón Ávila. Se va a Boca Juniors sin haber debutado en la primera canalla. En este caso la responsabilidad de los dirigentes no pareciera ser tan directa, ya que desde mitad del año pasado el jugador no quería firmar el contrato, especulando una transferencia al club de la ribera. Sí quizas, la comisión directiva debería haber avanzado tiempo antes con la firma, y no cuando el futbolísta tomó trascendencia por su paso por la selección argentina dirigida por Lionel Scaloni.

Párrafo a parte para lo que trascendió en un medio porteño sobre el caso Ávila. Allí la crónica establecía que fue un integrante del cuerpo técnico de la selección argentina quien le "apuntó" el jugador a Boca sabiendo que el pibe es cracks y que no tenía contrato con Central. Si esto se llegara a confirmar, se borrarían todos los límites de la ética en el fútbol argentino. En este caso cobra mayor trascendencia la frase de un dirigentes capitalino: "El fútbol es para los vivos"

En Newell's la historia es más o menos parecida. En el caso del conjunto del Parque de la Independencia los desmanejos económicos llevaron a que la entidad no presente un equipo competitivo hace varios torneos.

Es tan grande el daño institucional perpetrado contra NOB que cualquier entidad de menor relieve, se llevó a grandes promesas con muy poco dinero.

Increíble que Newell's haya perdido a manos de Defensa y Justicia jugadores de la talla de Lisandro Martinez, hoy catalogado como uno de los mejores centrales del país, o el mismo Ezequiel Unsain gran figura del equipo de Varela animador de la Superliga.

Franco Escobar también se fue de la lepra con un puñado de partidos en primera y ya fue revelación y se consagró campeón de la Soccer League con el Atlanta United. Otro caso el del rayo Fértoli, que cuando podía consolidarse en primera junto a los más experimentados, por necesidad económica fue transferido a San Lorenzo.

Pareciera que Newell´s disimula el éxodo de grandes juveniles surgidos en la cantera leprosa, por el sentido de pertenencia de glorias leprosas como Maxi Rodriguez y Mauro Formica que llegaron a dar una mano en un momento super complicado de la institución. Pero igualmente parece muy arriegado depender de las individualidades de un puñado de jugadores y no sustentarlo con un proyecto serio de trabajo.

Hoy hay fuga de futbolístas de los clubes. Depende de los dirigentes, volver a que Rosario sea la cantera del fútbol nacional

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