El miedo a perder fue más fuerte

El clásico entre Central y Newell's terminó previsiblemente en empate

Por Ariel Marini

Otra igualdad previsible en el clásico mas importante del país. Canallas y leprosos no se sacaron ventaja en el partido disputado por la sexta fecha de la Superliga Argentina.

Las urgencias, el promedio por el descenso, predispuso a los dos equipos a una consigna clara: no perder. Y cuando está latente la posibilidad de caer frente al clásico rival el miedo paraliza. A ninguno de los dos le sirvió de mucho el punto conseguido para la tabla del descenso, pero perder el clásico en esta realidad hubiese sido desvastador. 

Y con estas condiciones el juego no puede sobresalir. Salvo en esos dos minutos del segundo tiempo cuando Lema abre el marcador y rápidamente empata Riaño, el partido fue bastante discreto. El juego se fue en insinuaciones, nunca se pudo "armar" el encuentro y terminó con poco vuelo futbolístico.

El equipo de Kudelka pareció tener un poco más volumen de juego pero sin peso ofensivo. Las pocas claras que tuvo el conjunto visitante nacieron de errores de la última línea local. El gol de Cristian Lema vino tras un corner muy mal defendido por el canalla. El zaguero venía de marcar por esa vía en partidos anteriores y cabeceó solo practicamente dentro del área chica de Ledesma, frente a una pasmosa desatención de todo el fondo auriazul.

clasico

A Central le cuesta horrores generar juego. No tiene creador de fútbol en la mitad de la cancha y depende de algún desborde por los costados que siempre termina en centro para sus delanteros. El domingo abusó del pelotazo como recurso para llegar al área rojinegra. Pese a esa previsibilidad en ataque le generó algunas situaciones a Newell's y el empate llegó con una buena definición de Riaño, pero tras un ping pong de cabeza en cabeza, que los defensores rojinegros solo atinaron a mirar.

El miedo paraliza y eso se notó el domingo en el Gigante. Salvo en esos dos minutos electrizantes del segundo tiempo con el gol rojinegro y el empate canalla, fue un clásico sin brillo, solo intenso y luchado como siempre. Pero se entiende que este contexto que atraviesan los equipos rosarinos en su lucha por el descenso, lo primordial era no perder. Una caída frente al clásico rival hubiese sido un golpe muy duro de asimilar y habría provocado un mar de dudas. Por lo cual el conformismo por el empate sobrevoló permanentemente antes y durante la distupa del partido.

El miedo a perder fue más fuerte....y con miedo es muy difícil jugar al fútbol.

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